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Blanco albariño Do Ferreiro: un vino gallego de leyenda

Los blancos Do Ferreiro que elabora la bodega Gerardo Méndez en la Denominación de Origen Rias Baixas están entre los mejores albariños de Galicia. El propietario de esta bodega, Gerardo Méndez, heredó las tierras que su abuelo compró en los años 60 y, poco a poco, fue alquilando y comprando viñedos de la variedad albariño a lugareños que los tenían en desuso. Méndez dio el nombre de Do Ferreiro a sus vinos blancos en homenaje a su padre, herrero de profesión. La bodega se funde con la vivienda familiar en la llamada Casa Grande, al frente de la cual se encuentran la tercera y cuarta generación familiar.

Los albariño Do Ferreiro conforman una sinfonía de aromas gracias a su mineralidad, fruta, salinidad y frescura

Para elaborar sus blancos Do Ferreiro trabajan directamente catorce hectáreas (siete propias, cinco alquiladas y dos de veteranos viticultores). Están divididas en más de 150 parcelas, como es costumbre en Galicia, donde las propiedades están repartidas en miles de pequeños terrenos. Además, adquieren uvas a un grupo de fieles viticultores, muchos de ellos proveedores de Do Ferreiro desde hace más de 25 años.

La base de su calidad se encuentra en el viñedo prefiloxérico, alguno con más de 200 años, asentado sobre una antigua cantera de granito, en las que se plantó albariño porque era el único cultivo que aceptaba el terreno. De esta forma, las raíces de la planta deben buscar vetas subterráneas de agua en el suelo granítico, aportando a estos blancos gallegos notas minerales. Además, cada cepa es distinta y se poda de un modo diferente.

Gerardo y su hijo Manuel vinifican sus albariños Do Ferreiro con levaduras naturales, según el fruto de cada pago o finca y fermentan por separado, sin más injerencias que el control de la temperatura. El resultado son unos soberbios albariños, donde acidez, mineralidad, fruta, salinidad y frescura conforman una sinfonía de aromas. Los vinos blancos Do Ferreiro son aromáticos, afrutados y frescos, ideales como aperitivo o en un maridaje con marisco y pescado.

La finca familiar mira al mar de Arousa y a la ría de Pontevedra, en pleno corazón de la subzona Val do Salnés. Este enclave es la cuna de la variedad albariño, originaria de Galicia y no, como indica alguna leyenda, introducida en el siglo XII por los monjes franceses de Cluny en el monasterio de Armenteira.

La bodega de Gerardo Méndez conserva un viñedo prefiloxérico con más de 200 años

No obstante, sí es cierto que estos religiosos intensificaron y extendieron el cultivo de la variedad albariño en el Val do Salnés, así como en el norte de Portugal, consiguiendo un vino blanco mejor que el elaborado hasta ese momento.

De hecho, los monasterios tuvieron gran importancia en la conservación y distribución de los albariños durante la Edad Media, lo que se extendió a pazos y casonas gallegas. En este sentido, la familia Méndez conserva un documento de 1790 que atestigua la existencia de la Casa Grande y de esa viña prefiloxérica con la que se inició el negocio actual.

Ya en el siglo XX, la uva albariño se extendió a toda Galicia, convirtiéndose en un producto muy valorado, solo servido en momentos señalados, como bodas y días festivos. Pasados los años, muchas familias, entre ellas los antepasados de Gerardo Méndez, tenían su pequeña viña. Esta abundancia de pequeños elaboradores fomentó una amistosa competencia por encontrar el mejor albariño, lo que desarrolló su calidad, como es el caso del vino Do Ferreiro.

En la actualidad, el albariño gallego está entre los mejores vinos del mundo y, además, destaca por su longevidad, ya que puede beberse 3 o 4 años después de su cosecha, gracias a su buen grado alcohólico, glicérico y acidez. Es el caso de los blancos albariño de Do Ferreiro, que tenemos el honor de ofrecer en Vinoteca Mendibil. Conoce los albariños de Gerardo Méndez pinchar aquí: www.vinotecamendibil.com