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La garnacha ya no es la pariente pobre de las uvas

Vinos recios, potentes, recargados de fruta… estas eran las características comunes de muchos vinos de garnacha en España hasta hace pocos años.

Plantada ampliamente en el noreste y el centro del país, la garnacha era una uva olvidada, considerada de baja calidad y solo apta para producir vinos de mezcla. Su escasa valoración provocó que, entre finales de los años 80 y principios de los 2000, las plantaciones españolas de garnacha descendieran de 170.000 hectáreas a 82.300.

Frente a esta falta de aprecio por esta variedad, cuyo origen se circunscribe a Aragón, Francia ha hecho de la garnacha (grenache) un estandarte en regiones como Languedoc-Rosellón o en el Ródano, donde destaca Châteauneuf-du-Pape.

La decadencia de la uva garnacha en España se detuvo con el reconocimiento de dos tintos del Priorat, L’Ermita de Álvaro Palacios y Clos Erasmus, que, en diferentes añadas, han alcanzado los 100 puntos Robert Parker. Con ese espaldarazo de la crítica internacional, la garnacha dejó de ser la pariente pobre para ponerse de moda.

“Rioja, Calatayud, Cariñena, Navarra, Cebreros y Priorat elaboran excelentes vinos de garnacha”

Esa “resurrección” está justificada por su gran versatilidad como monovarietal o complemento en mezclas. Rioja, Calatayud, Cariñena, Navarra, Cebreros y Priorat son denominaciones españolas en las que actualmente se elaboran excelentes vinos de garnacha, que se acomoda perfectamente al caluroso clima hispano.

Se trata de una planta vigorosa con racimos grandes y compactos, capaz de adaptarse a infinidad de terruños sin perder su esencia. Sus bayas son de tamaño mediano, esféricas y con piel violeta oscuro. La pulpa tiene una consistencia blanda, muy jugosa y sin pigmentación. No obstante, hay variantes genéticas, menos extendidas que la garnacha tinta, como la blanca, la gris, la peluda, la roja, la rosada y la tintorera.

“Cuanto menos expuesta esté al sol, se consiguen toques más sutiles, complejos y florales”

Para su crecimiento, la garnacha necesita suelos bien drenados y le favorecen orientaciones frescas o altitudes elevadas, si bien resiste de forma óptima la sequía y el viento. Es decir que, cuanto menos expuesta esté al sol la garnacha, más lenta su maduración y, por tanto, el vino será más sutil, complejo y floral. Cuanto más pobre y seco sea el suelo, más intenso será el vino.

La principal amenaza en su desarrollo es el mildiu, aunque es bastante resistente al oídio y la acariosis. Brota unas semanas antes que la tempranillo y madura después.

En bodega la garnacha es una uva delicada, de modo que, durante el proceso de elaboración, hay que controlar con mucha precisión todos los pasos, pues se oxida con mucha facilidad. Su poco color, escasez de taninos, ácido málico y tártarico provoca que sea una variedad de complicado envejecimiento, por lo que en muchas ocasiones se prefiere combinar con la tempranillo o la syrah.
En su máxima expresión, los tintos de garnacha presentan aromas a frutos secos tostados, cuero, pan, miel, pimienta blanca, canela, picota y alquitrán, mientras que el vino joven destaca por su aroma a fresa y frambuesa.

“La garnacha se usa para mezclar con la tempranillo, la syrah, la monastrell o la cariñena”

En cuerpo, la uva garnacha se ubica entre la intensidad de la syrah y la delicadeza de la pinot noir, aunque la garnacha se usa para mezclar con otras, como la tempranillo, la syrah, la monastrell o la cariñena. Asimismo, se caracteriza por ofrecer ligeros toques de dulzor y sedosidad.

Por su parte, el rosado de garnacha destaca por sus aromas a frutas del bosque y matices florales.

En el terreno gastronómico, los vinos de garnacha son muy versátiles en maridajes, ya que combinan con un amplio abanico de platos como carnes blancas, pescados azules, arroces y quesos de oveja.

En Vinoteca Mendibil contamos con un extenso catálogo de bodegas que elaboran con esta variedad y, por tanto, puedes comprar vinos de garnacha con una calidad excelente. En este artículo te presentamos siete de ellos y, si quieres conocer más garnachas, pulsa aquí

 

 

Querencia Corache (Calatayud)
Viñedos viejos de altura y escarpadas pendientes, situados en suelos calcáreos, arcillosos y de esquisto. Aromas de cerezas y notas herbales. Intenso, fresco y afrutado, con taninos bien equilibrados y una intensa mineralidad.

 

 

 

 

 

 

Rico Nuevo (Cebreros)
Una selección de parcelas de distintos parajes de Burgohondo que dibuja la garnacha sobre los suelos de granito. Un tinto joven, desenfadado y fresco.

 

 

 

 

 

Alegre Valgañón Garnacha (Rioja)
Esta fresca y sabrosa garnacha nos entrega toda la personalidad de los viñedos situados al pie de los montes Obarenes, en el municipio de Cárdenas. Un vino ya apetecible y que, con el paso del tiempo, puede llegar a cotas sublimes.

 

 

 

 

 

Guerinda Casa-Lasierra Rosado (Navarra)
Un vino delicado y muy especial, cuya garnacha se elabora con el mosto yema obtenido por el método tradicional del sangrado de lágrima, es decir, dejándolo correr por gravedad sin ejercer ningún tipo de presión sobre las uvas.

 

 

 

 

 

Augustus Microvinificaciones Garnatxa Negra (Penedès)
El trabajo con las pieles a baja temperatura y las maceraciones cortas, nos da un vino tinto de garnacha de colores vivos y taninos suaves, con notas tostadas ligeras y un fondo láctico, dejando un postgusto suave y elegante.

 

 

 

 

 

Cientruenos (Navarra)
Una garnacha de mucha fruta y personalidad con un paso en boca sedoso. La mejor Navarra está dentro de esta botella.

 

 

 

 

 

Costumbres (Rioja)
Un vino de garnacha fresco y frutal. Un tinto sorprendente que sintetiza, a partes iguales, finura y rusticidad. Todo un lujo para los amantes de los vinos que reflejan la personalidad del terruño.