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Vinos de pasto: Jerez recupera sus blancos secos

El Marco de Jerez vive una revolución paulatina y silenciosa con un pie en el pasado y otro en el futuro. Las tierras gaditanas han recuperado en los últimos años los denominados vinos de pasto. Blancos tranquilos sin encabezar, que reivindican prácticas agrícolas ancestrales, variedades de uva tradicionales y un suelo, la albariza, que dota de una singular personalidad a estos caldos.
Pero, en concreto, ¿qué son los vinos de pasto de Cádiz? Se trata de blancos secos, sin fortificar con alcohol vínico, elaborados con o sin velo de flor, a partir de variedades blancas tradicionales del marco de Jerez, en Sanlúcar de Barrameda, El Puerto de Santa María y Jerez de la Frontera.

 

 

Por el momento, los vinos de pasto de Andalucía están encuadrados legalmente como Vino de España o Vinos de la Tierra de Cádiz, si bien el Consejo Regulador del Marco de Jerez estudia la constitución de una denominación de origen bajo su paraguas. Montilla-Moriles, por su parte, sí contempla la posibilidad de acogerlos, con una crianza mínima de un año.

“Blancos de carácter fresco, salino y mineral”

Esta recuperación de los blancos secos de Cádiz ya ha despertado el interés de las bodegas más renombradas, cuyos terruños son ideales para conseguir la máxima expresión de los vinos de pasto. Un patrimonio paisajístico que brinda unos blancos de carácter fresco, salino y mineral a partir, fundamentalmente, de la uva palomino, pero también de otras variedades como la pedro ximénez o la perruno.

La trayectoria de los vinos de pasto andaluces no se limita a los últimos años, ya que hunde sus raíces en el siglo XIX y alcanza los años 70, cuando el éxito de los jereces y la manzanilla de Sanlúcar los desplazó al rincón de la historia.

 

 

En esas décadas ya tenían ese nombre porque eran los vinos de “pastar”, de comer. Blancos gastronómicos, de calidad, que acompañaban a los tradicionales platos gaditanos. Otras teorías apuntan a que así se denominaba a los vinos mediocres en las tabernas madrileñas o porque estaban destinados a los trabajadores de la viña.
La recuperación de estos blancos secos andaluces y su creciente impacto en las ventas se contrapone a la caída en la exportación de los finos, amontillados, manzanillas, olorosos y palos cortado. Esta coyuntura está motivada, principalmente, por el descenso del mercado británico.

“El consumidor demanda blancos singulares con la personalidad del terruño”

Esta bajada en las ventas ha favorecido que las bodegas del Marco de Jerez hayan vuelto a poner el foco en los vinos de pasto, recuperándolos con un estilo local y de gran calidad. El consumidor demanda cada vez más blancos singulares que transmitan la personalidad del terruño. Los vinos tranquilos de Cádiz reflejan con creces esas características, gracias a la singularidad de la blanquecina tierra albariza y a los vientos del Atlántico que mecen las viñas.
Esta nueva ola de vinos de pasto de Cádiz puede ser, además, una puerta de entrada al gran público a las elaboraciones clásicas del marco de Jerez, cuya complejidad requiere más conocimiento y experiencia.
Estamos convencidos de la calidad de estos blancos secos de Andalucía y, por eso, en vinotecamendibil ofrecemos una selecta muestra de prestigiosas bodegas.